jueves, 10 de noviembre de 2016

Fallamos los periodistas, no las encuestas

Editado por V. Gago y el equipo de Actuall.


Este análisis del Nieman Lab, el centro de investigación sobre Periodismo de la Universidad de Harvard, describe el fracaso del periodismo en  estas elecciones y señala tres causas: 
  1. Un periodismo de nichos de opinión. Medios que confirman prejuicios de la audiencia, en vez de discutirlos.
  2. Una industria de medios que se mueve del interior a la costa, y de las zonas rurales a las metropolitanas, desentendiéndose de las preocupaciones de la población en las zonas menos pobladas del interior, que, al final, decantan el resultado de unas elecciones.
  3. El desplome de los ingresos de la industria de los medios.
Si me dejas, yo añadiría una cuarta clave, pendiente de verificación: la carga de lo políticamente correcto. 
Creo que el fallo de las encuestas –en las que se apoyaban los pronósticos periodísticos– tiene bastante que ver con el miedo de muchas personas a revelar el sentido de su voto, por no salirse del marco de lo políticamente correcto. 
Las encuestas acertaron con Hillary. Estimaban un 47,5%, y eso es lo que ha obtenido. Fallaron con Donald Trump, por la enorme cantidad de voto secreto. ¿Por qué ocultan el voto los encuestados? Una posible razón puede ser esa carga de lo políticamente correcto que el periodismo ha contribuido a crear. 
No sé, es solo una hipótesis. ¿Tú qué opinas? ¿Por qué hemos fallado los periodistas?

martes, 8 de noviembre de 2016

¿De verdad quiere que hablemos de la tricolor y la II República, alcalde Ribó?

Primero quitó las cruces de las capillas del cementerio y ahora pone un trapo con tres colores en el Ayuntamiento. El caso es insultar a los cristianos –con lo primero- y a los demócratas –con lo segundo-.
 


El alcalde Ribó –como los ediles podemitas de Zaragoza o Madrid o la filopodemita de Barcelona- confunden sus deseos con la realidad. Primero, creen que pueden ganar la Guerra Civil de 1936 con 80 años de retraso, lo cual es metafísicamente imposible.
Y segundo, creen que dando “Guerra”, cambiando placas de calles y exhibiendo símbolos pre-constitucionales, como cierto trapo tricolor, van a solucionar la pésima administración de sus municipios, en los que se acumulan la basura y el paro. Lo cual es metafísicamente imposible.